miércoles, 22 de enero de 2014

BIENVENIDO MISTER MARSHALL

Actualmente el nombre de Ablaña pinta igual, o incluso menos, que cuando este siglo empezaba: nada de nada. No obstante, a diferencia de ahora, por aquel entonces muchos eran los proyectos que planeaban, y con importantes inversiones,  sobre nuestro pueblo; sin embargo, otros tantos serían los que se parasen a distintas instancias: unas veces en Madrid, otras en Oviedo y la mayoría de las veces muy cerca, en Mieres.
A continuación, os mostraremos un artículo publicado por aquellos tiempos en la Nueva España, y en el que se denunciaba tan leonina situación:

 La Nueva España, 3 de Enero de 2003  

Érase una vez un pueblo en el concejo minero de Mieres, olvidado de la mano de Dios y de la de sus gobernantes. A pesar de tan sólo suponer medio millar de votos potenciales y de no representar peso político alguno dentro de su ayuntamiento, un día la Universidad de Oviedo se acordó de su existencia y tuvo la feliz idea de invertir en esta localidad una pequeña parte del “gran pastel” denominado Fondos Mineros (concretamente, casi ocho millones y medio de euros). Tan importante inversión iba a ser realizada en una zona, hoy escombrera y con restos de arqueología industrial, pero que antaño albergaba una próspera explotación minera la cual aportó, durante décadas, suculentos impuestos a las arcas municipales.
Actual Recinto Ferial en Santullano
Ante el conocimiento de este importante proyecto. La A.VV. “La Charca” y la Agrupación Cultural “La Meruxega” preguntamos recientemente al Itmo. Ayuntamiento de Mieres, por el desarrollo del mismo. Tras escucharnos aparentemente con atención, nos espetan, aunque con otras palabras, que lo que la Universidad propone, el Consejo de Ministros dispone; nos obstante, no recibimos ninguna referencia en cuanto al apoyo de la iniciativa de los primeros y, mucho menos, de intentar presionar a los segundos.
Meses atrás, numerosos vecinos solicitaban ante el Pleno Municipal, el ser tenidos en cuenta a la hora de buscar la localización para el nuevo emplazamiento del Mercado de Ganado Comarcal. En reunión mantenida el pasado 19-12-2002 con el Sr. Alcalde. Éste nos transmite que los ganaderos del concejo no quieren ni oír hablar de la instalación de dicha instalación en nuestro pueblo, debido, entre otras muchas cosas, al déficit de unas comunicaciones adecuadas en la zona. Sin embargo, la firma de muchos de ellos y el reconocimiento del alcalde de un concejo ganadero como el de Morcín, demuestran lo contrario. Por lo visto, el disponer de accesos con la A-66, N-630 y AS-I (autovía minera), estar a tan sólo a 2 Km. de Mieres, tener conexión por carretera con el Matadero Comarcal de Sueros (a 1 Km.), salidas a Cardeo y La Pereda, así como poseer dos estaciones de ferrocarril (Feve y Renfe) son, sin duda, muestras de nuestra incomunicación.
Nuestra gran desgracia es la de estar situados en el Mieres Norte y, más concretamente, por ser uno de los tres vértices del triángulo de la desaparecida Fábrica de Mieres. Tal pareciera que con la desaparición de este gran monstruo siderúrgico, hubiera desaparecido también cualquier posibilidad de desarrollo para su entorno.
Terminaré con un pequeño artículo mío titulado “La rebatina”, el cual aparecía en el Nº0 de la publicación “La Meruxega”, en 1999.
«Fay unos cuantos años los bautizos teníen un interés especial pa los que yéramos nenos: la rebatina. Na más salir de la iglesia, el feliz padre de la criatura empezaba a tirar caramelos al aire, en toes les direcciones y, raro yera’l que un coyera un buen bolsau d’ellos. El añu pasau, nació un guaje y pusieron-y de nombre Fondos Mineros; sin embargo, en esti casu nun hubo rebatina, ya taba too bien repartío antes del bautizu. En Ablaña quedámonos sin caramelos, pero siempre nos queda dir al cine, echen: “Bienvenido Mr. Marshal”.»
Mr. Marshal viene periódicamente y siempre sin avisar. Sonriente, con un maletín debajo del brazo y, normalmente, en periodos de recesión… pero siempre pasa de largo. Es la fórmula mágica para apaciguar ánimos en zonas donde el desencanto es la consecuencia de diferentes factores, los cuales en ningún momento, por supuesto, son por desacierto del poder político. Estos factores, a su vez, transforman incomprensiblemente al pueblo llano en pedigüeño, para lo que le aplican lo de: “contra el vicio de pedir, hay la virtud de no dar”.

Donato

viernes, 3 de enero de 2014

ESTROPEANDO TOPÓNIMOS (I)

El 19 de Marzo de 1.941 en la plazoleta de Mina Llamas o Mina de Avella, con motivo de la inauguración del pozo en vertical,  se celebra una misa solemne oficiada por el Obispo. La asistencia   es obligatoria para todos los trabajadores de la empresa,  bajo la advertencia  de que si no acudes, no hay gratificación este mes. Terminada la ceremonia, el prelado se dirige hasta el brocal del pozo. Espera que los feligreses se acerquen y procede, con parsimonia, a sulfatar agua bendita sobre los fierros del castillete y brocal del pozo, al mismo tiempo  que  balbucea una xirigoncia que ni Dios entiende.     Terminada la ceremonia de la bendición grita: ¡DESDE  HOY TE LLAMARÁN  POZO SAN JOSÉ! No valía lo de Pozo Llamas. Hay que canonizaaaar.

A principios del Siglo XX los algunos vecinos de Ablaña cedieron parte de sus fincas en el Barrio Pachón para construir un nuevo campo de Futbol ya que el que había era muy precario. El nuevo campo se construyo en el margen izquierdo del Rio Nicolasa  sobre los terrenos de las fincas denominadas La Llera. Por este motivo el nuevo estadio de pasó a llamar: Campo de Futbol de la Llera. En el año 1.921 se fundó el primer equipo de futbol titular en este campo  con el nombre de La Favorita. En el año 1.933 se crea otro equipo de futbol con el nombre de La Charca. Y ya por la década de los 50 La empresa de Mina Llamas se apropia del campo, lo valla, crea su equipo de Futbol (el Mina Llamas) y cobra la entrada al campo a sus legítimos dueños. No se conforma con esto, si no que lo bautiza con el nombre de Campo de Futbol Santa Bárbara. Tampoco servía lo de La Llera.

1.957. Una retahíla de vehículos sube carretera arriba con dirección a Nicolasa. En Les Quintanes,  Miguel. Que está sentado en el poyu que tenía delante casa, comenta a su esposa Pacha:
 ¿Qué pasará que suben tantos  haigas?
 A lo que Sabina, la vecina de  la casa de al lado, que estaba escuchando,  responde:
¡Tas buenu, Miguel!…  ¿nun sabes que hoy inauguren el Pozu Nicolasa?

Lo de siempre: Autoridades, fuerzas de seguridad, pesebreros y demás, para escuchar proclamar con énfasis aquello de: … yo te bautizo en el nombre del Padre del Fiu y del Espíritu Santu como: POZO SAN NICOLAS.

¡Vaya! Tampoco les sirvió a los madrileños los topónimos en femenino. Había que cambiar a Nicolasa por Nicolás, y a demás  canonizarlo.

Yo de aquella era un guaje de 12 años y estaba fisgando  frente al pozo. Delante  del chigre de Oliva. A los parroquianos no nos dejaban bajar a la plazuela. Pero si me acuerdo que alguien comento en voz baja: desde hoy van llamate El Garbanzu Negru, je, je, je.

Cuando para trasladarse de un lugar a otro era menester dar un rodeo por el entorno de una finca en propiedad, al no permitir sus propietarios   el paso por la misma, en ocasiones se solía hacer un trato con los dueños del predio consistente en contribuir con una dadiva, tras  la cual se permitía el paso por la citada propiedad. Este hecho se le denominaba Samartino. Probablemente esta adjetivación esté emparentada con la matanza del cerdo o Samartín, puesto que en la mayoría de las ocasiones la dadiva podría consistir en unas vueltas de chorizo, morcillas,  o quizás algo similar.
Bueno. Pues ya tamos con lo de siempre; en Ablaña  la calle o barrio de  SAMARTINIEGO, cambiado, tracamundiado, alterado por SAN MARTINIEGO.  Otru santu más. Otru topónimu machacau…Grrrrr…

En los mese invernales los ganados se recluyen en los establos ubicados en lo fondero del los valles. Cuando comienza a despuntar la primavera y la nieve comienza a subir de cuota, los campesinos iban sacando su ganado a pastar a las fincas más cercanas a las cuadras. Fincas o praderías que ya estaban predispuestas para este menester. A estos pastizales se les llamaba o seles  conocía  como las  OXAS*.
Detrás del Pozo Llamas hay una finca arbolada de castaños que limita por arriba con la carretera que sube desde Ablaña a La Faidosa, escriturada  con el nombre de Finca de la Osa.
Si descartamos que este topónimo (Osa),  este implícito en la Zootoponimia, puesto que no parece probable que los plantígrados frecuentasen una zona tan baja, nos encontramos con otra pifia.
Aquí entramos de lleno en la mojigatería  de descartar, despreciar o postergar todo aquello que tenga algo en común con la llingua asturiana. Basta sustituir la X por la S y ya está hecho el desaguisado.

Cuando en 1884 se inauguró el Ferrocarril del Noroeste (Norte) y en el año 1904 se abrió el Ferrocarril del Vasco-Asturiano (Vasco). En Ablaña, a la altura del túnel nº 23 del ferrocarril del Vasco quedaron encastradas entre ambos ferrocarriles las denominadas por entonces  Casas de la Bulía**. Este hecho propició que el topónimo se cambiase por Cases de Entrevíes.  Para rematar la faena recientemente se puso en estas casas una placa que reza: Calle de Portugal.  Qué manía de machacar les teyes del nuesu teyau.

*Oxa:
Pastizales comunes, con suelo pedregoso y escasas hierbas. Étimo latino OSTIA “puerta” por su situación a la salida de los pueblos o entrada de los puertos.
(Xoxe Lluis García Arias, Pueblos de Asturias, pagina 110).

** BULÍA:
                 Adjetivación referente a  terrenos arbolados, arbóreos.
               Nombre de la finca que abarcaba buena parte de la superficie Sur  de Ablaña de Abajo,
               desde Les Barraques hasta las escuelas y extendiéndose por buena parte del monte a      
               la  derecha de la Covarata, finca hoy dividida en pequeñas parcelas.
  




                                                                                                      Juan La Viru