Cavilando en la Cábila he llegado a la conclusión de que no es probable que este topónimo tenga alguna relación con los poblados que hacen los beduinos o bereberes durante sus marchas trashumantes por el desierto. El filólogo Xoxé Lluís García Arias encasilla este topónimo, de la Cábila, consecuente con el movimiento obrero.
Debajo de los cerezos en flor las casas de La Cábila |
De todas maneras La Cábila (Nicolasa), es lo que se ve en la foto; Cuatro viviendas adosadas, que no describo sus características por que la imagen lo dice todo. Más al fondo, en la mitad del margen derecho de la fotografía, se ve el Caserío del Castañíu y por encima se entrevé una parte del Prau La Cotá; que es la pradería más fondera que pertenece al Caserío de Conforcos. Entre el Caserío del Castañéu y el Prau La Cotá se aprecia la calzada del Camín de Conforcos, que era la caleyovía de San Fernando, por la cual, un poco a pie y otro poco andando, subían y bajaban los vecinos de la zona y decenas de obreros que trabajaban en las minas de montaña del Grupo Nicolasa.
La foto de La Cábila está tomada en el año 2.001. En los albores del año 2.014 estas edificaciones están parcialmente derruidas. Nadie las habita ni nadie se interesa por su conservación. De los prados que había en el contorno de estas viviendas que se llamaban: El Prau el Valle, La Praera, Prau Celesta, La Pontona y el Praiquín y como tierras de labor La Güertona bajo Casa, a demás de algunos pequeños huertos esparcidos por el contorno, como se ve en una de las fotografías, ya no queda ningún vestigio.
El camino por el que se accede a este lugar se desvía de la carretera de Nicolasa (MI-1) hacia la falda del Cordal de la Meruxega cuando la calzada de dicha carretera cruza por encima del Regueru de Conforcos. El camino, que es estrecho y tallado en la Pudinga, gira a la derecha al llegar a la Casa de Coto y nada más pasar por delante de la vivienda de Julia (la Porreta) el sendero zigzaguea hacia la izquierda monte arriba hasta llegar a las casas de La Cábila después de recorrer una distancia de unos doscientos metros, que es la trayecto el línea recta que habrá entre la calzada de la carretera y La Cábila.
En la Cábila ya no vive ningún ser humano, pero me voy a permitir recordar los nombres de las personas que entre la década que va desde 1.950 a 1.960 ocupaban estas viviendas:
Un matrimonio compuesto por Manolo (el Robeco) y Delfina con sus hijos: Eugenio, Manolo, Agustín, Misael y Marcelina.
Una señora viuda que se llamaba Leónides Estrada que tenía cuatro hijos: Pepe, Sabina, Baltasara y Alejandro.
Las cuatro viviendas de La Cábila. Al fondo el caserío del Castañeu y un trozo del prado de La Cotá |
Otro matrimonio formado por Remedios y Eugenio Ovalle Estrada y que tenían cinco hijos: Láudela, Eudosio, Remigio y Sergio Ovalle Estrada*.
Y Lucita que estaba casada con Ignacio Estrada Álvarez (Claverón) y que tenían cuatro hijos: Remigio, Amador, Carlos y Maximino.
Solo me falta una señora viuda que se llamaba Benita que tenía con ella a sus siete hijos: Benito, Mateo, Matías, Manolita, Alicia, Maruja y Víctor.
No es una leyenda, estas 32 personas vivieron en los edificios que se ven en la fotografía.
Y ya que en la foto reseño el caserío del Castañéu, señalar que en él vivía el matrimonio entre Laudelina y José Estrada con sus hijos: Tina, Pepín Josefina y Sabina.
· Sergio Ovalle Estrada, nació y se crió en La Cábila, sin su colaboración estas líneas no las hubiese podido escribir.
Juan Laviru
Ignacio Estrada Álvarez (Claverón) y lucita soy un nieto de eyos me gustaria saber si terdrian una fotografia de eyos
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